Un camino no se recorre igual dos veces.
Título original: "La delgada línea amarilla"
Año: 2015
Duración: 95 min.
País: México.
Director: Celso García.
Guión: Celso García.
Música: Daniel Zlotnik
Fotografía: Emiliano Villanueva.
Productora: Coproducción México-Francia; Mamut Cine
/ FOPROCINE / Ciné-Sud Promotion
Reparto: Damián Alcázar, Joaquín Cosío, Gustavo
Sánchez Parra, Silverio Palacios, Américo Hollander.
Sinopsis
"La Delgada Línea Amarilla" es el viaje de cinco hombres contratados para pintar la
línea divisoria de una carretera que conecta dos pueblos de México. A bordo de
una vieja camioneta, inician el trabajo de más de 200 kilómetros de asfalto y
pintura amarilla que deberán completar en menos de 15 días. Cinco solitarios
que, por azares del destino, se unen con el único propósito de ganar unos
pesos. Sin buscarlo, este viaje cambiará su manera de ver y entender la
vida. Al finalizar el recorrido, comprenderán que existe una delgada línea entre
el bien y el mal; entre la risa y el llanto; entre la vida y la muerte.
El
cine mexicano suele tener a la audiencia acostumbrada a ver en pantalla dramas
un tanto crudos o (últimamente) comedias demasiado rosas y simplistas. Sin
embargo, ocasionalmente nos ofrece buenas sorpresas, historias que mezclan la
realidad que se vive en México con el sentido del humor característico de
quienes lo habitan. Es ahí donde encaja “La Delgada Línea Amarilla” de Celso
García.
Ésta
es pues una road movie en un sentido muy literal, pues los cinco protagonistas,
por la labor en la que se embarcan, están obligados a no despegarse de la autopista.
Su viaje parece poco importante, pero conforme van progresando, van conociéndose
entre ellos y dándose cuenta de que no son tan diferentes.
Así,
pronto nos damos cuenta de que la carretera la recorren de una forma mucho más
simbólica, pues con cada kilómetro cada uno va retomando el rumbo de su propia
vida y reconciliándose con su pasado.
Claro
está que la película no se salva de situaciones predecibles (como el hecho de
que los personajes al final del viaje creen lazos que los hagan amigos) o
diálogos poco forzados en los momentos oportunos; pero la cinta brilla más por
sus aciertos que por sus contados errores.
Y es que
la trama nunca deja de tener giros interesantes e inesperados que, aunados con los
espontáneos momentos de risa, mantienen al espectador conectado. Lo anterior,
sumado a la química que encontramos entre los actores, ayuda a que fluya la
trama y no se sienta lenta pese al escenario en el que se desarrolla gran parte
de la acción.
Posiblemente,
la sencillez y poca pretensión de la historia son unas de las características que
hacen de esta cinta de cine mexicano una opción que bien vale la pena ver en
las salas de cine.
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