domingo, 4 de septiembre de 2016

"La Delgada Línea Amarilla"

Un camino no se recorre igual dos veces.



Título original: "La delgada línea amarilla"
Año: 2015
Duración: 95 min.
País: México.
Director: Celso García.
Guión: Celso García.
Música: Daniel Zlotnik
Fotografía: Emiliano Villanueva.
Productora: Coproducción México-Francia; Mamut Cine / FOPROCINE / Ciné-Sud Promotion
Reparto: Damián Alcázar, Joaquín Cosío, Gustavo Sánchez Parra, Silverio Palacios, Américo Hollander.

Sinopsis

"La Delgada Línea Amarilla" es el viaje de cinco hombres contratados para pintar la línea divisoria de una carretera que conecta dos pueblos de México. A bordo de una vieja camioneta, inician el trabajo de más de 200 kilómetros de asfalto y pintura amarilla que deberán completar en menos de 15 días. Cinco solitarios que, por azares del destino, se unen con el único propósito de ganar unos pesos. Sin buscarlo, este viaje cambiará su manera de ver y entender la vida. Al finalizar el recorrido, comprenderán que existe una delgada línea entre el bien y el mal; entre la risa y el llanto; entre la vida y la muerte.


"No sólo pintamos una raya amarilla, es una guía en la carretera".
                                        
El cine mexicano suele tener a la audiencia acostumbrada a ver en pantalla dramas un tanto crudos o (últimamente) comedias demasiado rosas y simplistas. Sin embargo, ocasionalmente nos ofrece buenas sorpresas, historias que mezclan la realidad que se vive en México con el sentido del humor característico de quienes lo habitan. Es ahí donde encaja “La Delgada Línea Amarilla” de Celso García.

Ésta es pues una road movie en un sentido muy literal, pues los cinco protagonistas, por la labor en la que se embarcan, están obligados a no despegarse de la autopista. Su viaje parece poco importante, pero conforme van progresando, van conociéndose entre ellos y dándose cuenta de que no son tan diferentes.

Así, pronto nos damos cuenta de que la carretera la recorren de una forma mucho más simbólica, pues con cada kilómetro cada uno va retomando el rumbo de su propia vida y reconciliándose con su pasado.

Claro está que la película no se salva de situaciones predecibles (como el hecho de que los personajes al final del viaje creen lazos que los hagan amigos) o diálogos poco forzados en los momentos oportunos; pero la cinta brilla más por sus aciertos que por sus contados errores.

Y es que la trama nunca deja de tener giros interesantes e inesperados que, aunados con los espontáneos momentos de risa, mantienen al espectador conectado. Lo anterior, sumado a la química que encontramos entre los actores, ayuda a que fluya la trama y no se sienta lenta pese al escenario en el que se desarrolla gran parte de la acción.


Posiblemente, la sencillez y poca pretensión de la historia son unas de las características que hacen de esta cinta de cine mexicano una opción que bien vale la pena ver en las salas de cine.



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